Muchas parejas tienen por costumbre dirimir sus diferencias de opinión a través de una discusión que los lleva por lo general a mantener el disgusto por varios días e incluso semanas.
Esta situación suele llevar a sentirse agobiado por las continuas peleas que mantienen, a veces por situaciones que al analizarlas carecen de verdadera importancia, tales como por haber llegado un poco tarde del trabajo, o no estar lista a tiempo para salir, e inclusive porque no les gusta la comida que se ha preparado, etc.
Situaciones como estas van colmando la paciencia del cónyuge que las sufre hasta el grado de huir del hogar por temor a que se presente un episodio de pelea en el cual al último los dos salen lastimados.
Esta situación se agrava cuando existen hijos en el matrimonio y no se atreven a disolverlo por respeto a ellos, por temor a que el matrimonio con problemas lleve a sus vástagos a sufrir emocionalmente.
Sin embargo es preciso para lograr una estabilidad en el matrimonio que la pareja se someta a un análisis de cada diferencia que exista entre ellos, platicando con cortesía tratando de encontrar una solución a los disgustos, buscando la razón de los mismos y entendiendo los motivos que la generaron.
En lugar de discutir por situaciones que en realidad no tienen razón de ser es mejor que platiquen y lleguen a un acuerdo mutuo, inclusive si los motivos llegan a ser graves se puede llegar a entender las circunstancias y poner un remedio antes de que el problema llegue a mayores dimensiones.
SALUDOS
ISRAEL
